martes, noviembre 01, 2016
viernes, febrero 19, 2016
Qué peligroso es imaginar la vida del otro.
Es desalentador saber que hay gente que sigue de cerca tu vida, no por cariño, ni curiosidad. Es triste que sea tan fácil hablar, juzgar y presentar algo visceral disfrazado de opiniones y análisis. Que crean que la vida son lo multimedia que compartes por estos sitios. Que por no hacer el performance del estudiante o trabajador sufrido, se juzgue de ser alguien superficial. Que se pueda señalar y meter en una caja tantas cosas, después de todo tener el atrevimiento de burlarse y al mismo tiempo tener la cobardía de hacerlo en los espacios donde no habrá mucha discusión y con las personas que tampoco piensan muy distinto.
Lo más fácil es repartir la rabia que llevamos dentro. Nuestras frustraciones.
Veo la liviandad con que se critica a todos. No entiendo cuál es la manía, tan sin saber nada o saber tan poco de una persona o su trayectoria. Tampoco es que busquemos dar gusto a los demás, pero es que hay gente tan malaleche que lo ve todo mal, hasta lo más simple, como una sonrisa o un helado de chocolate. De algún modo los listillos se hacen enemigos imaginarios: a las madres solteras, a los desempleados, activistas, a los de alguna sexualidad, religiosos, ateos, veganos, a los que gustan de películas "sobrevaloradas", y ese tipo de detalles con las que los sabelotodos no están de acuerdo.
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