Mientras esperaba en el banco estuve haciendo un recuento mental de los novios que he tenido. Han sido pocos pero ninguno puede quejarse de mi.
Fueron años con todos ellos, años de entrega. Años de todo en conjunto. Y a algunos les agradezco su juventud y sus chistes. A otros no tanto, como al Carlitos y al fantasma.
He conocido chicas y chicos de mi edad que nunca han tenido una relación seria y me preguntan qué se siente. Yo por dentro quiero preguntarles lo contrario, sin moralizar. Al parecer al llegar a los casi 30, es más interesante escuchar historias largas que cortas. Yo les cuento algunas cosas, porque en esta ciudad nadie conoce a mis ex novios. Tampoco digo nombres, porque luego quieren buscarlos en la red (al parecer hay una tremenda curiosidad por saber cómo estuve con hombres tan diferentes entre sí).
Por otra parte, yo pienso: ¿Por qué si he vivido tiempos tan perdurables al lado de ellos no he escrito ni una novela? Debería haberme hecho millionaria hace tiempo ya.
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