Un mal de recuerdos resonantes que lo seca todo por dentro. Nada de lo que recomiendan los médicos, los chamanes y unas cuantas brujas me sirve.
He ido con los oídos bien abiertos para comprender el aire, y este siempre regresa, casi siempre con arena de otro sitio.
No hay mucho que hacer, mas que sentir el corazón sin calma, loco perseguido que tampoco huye. Dicen que perdonas, que luego vives con ello, pero es que ese aire sigue dando vueltas. Asfixia todas las aguas que pueden beberse, y saben a nada después de eso.
Un montón de deseos intencionados por las costumbres tampoco ayuda. Las palabras de otros quieren sanarte, pero esos otros tienen carbón en lugar de regalos. No sirve, es la verdad.
Serviría, quizá, que alguien narre con intimidad cómo a veces le pone una manta tibia a su ira, hasta que se duerme, solita.
Un poco de honestidad un día de estos nos vendría bien.
viernes, julio 13, 2018
viernes, agosto 11, 2017
Can Llop
Llegué a amar al lobo solitario. Sin darme cuenta, poco a poco, me gané su confianza, la que fue posible. Se acercaba a mi cada vez más, aunque con los ojos redondos y grandes nunca dejó de vigilar mis pasos. No le domestiqué. Por las noches era una criatura tranquila, aunque nunca perdía fuerza. Le acaricié mientras dormía, y él me puso su cara frente a la mía muchas veces cuando el sol salía.
Yo no le supe amar en su libertad. No pude con el aire. Me acostumbré a su calor, a su pelo suave, a que me cuidara, a que me enseñara todos los días algo del mundo. Los lobos a veces necesitan irse, sin razón. Esto yo tardé en comprenderlo (a veces, aún me sorprendo desconociendo todo).
También lo soy. Y en este camino, aprendí que sólo se puede amar de verdad si se aman las cosas como son, sin preguntarles nada a cambio.
Quiero aprender a ver cuando se va, cuando no quiere dejar rastro de su olor por la nieve. Vuelve a ser salvaje, y eso está bien. Ahora que le veo a lo lejos, como un punto que se mueve, reconozco toda la ternura que me dió sin darse cuenta y le perdono sus silencios. Los animales y las personas nos dan dulces siempre, aunque no es fácil ver. Lo bello no siempre es bello.
El dolor de hoy es lo mismo que las veces que le quise poner a él en una jaula.
miércoles, agosto 02, 2017
El animal que espera algo en calma
En un sueño corto estuve observando a un animal en calma. Parecía que descansaba, pero en realidad esperaba algo. Puse mi mano sobre su lomo y sentí su fuerza, su sangre correr en la respiración, y así supe que no estaba tranquilo. Era un caballo, pero no lo era, también eras tú y un poco yo. Después de eso recordé con claridad que he acariciado cosas por las que podría sentir miedo, pero simplemente no sucedía. Esto ocurre incluso cuando el animal se ha defendido sin razón.
A veces soy el caballo que se defiende, con los ojos tristes y bonitos.
A veces soy el caballo que se defiende, con los ojos tristes y bonitos.
martes, junio 27, 2017
De las ganas de estar
De querer estar o ser. Sólo silencio. Hay temas que me parecen salidos de un ave mareada que hace como que quiere volar: el futuro, el futuro, ¿por qué parece tan importante? El mío pues, para otros. Yo voy improvisando, sin objetivo, sin rumbo y mientras esto va así me encuentro serena y feliz. Cuando me preguntan, ¿con quién?, ¿a qué vas? No entiendo.
¿Para qué poner un dedo sobre las hojas de un árbol y decir que son verdes, o no lo son? ¿Para qué repetirlo? Es que poco me importa. Quizá he perdido esa espiritualidad que proponen: "Es maravilloso escuchar a otro ser humano". A veces uno tiene derecho a mandar a la mierda todo y las cosas están bien.
La paz es la cosa más agradable que tuve en esos meses grises y cuando la percibo me uno a ella. La soledad, bendita.
Aunque de vez en cuando me encuentro con alguien que al hablar no le pesan las palabras. Entonces interrumpir el silencio por tu música o por tus silencios se siente bien.
lunes, abril 03, 2017
De la luz que tocaste con un dedo, jugando
Una tristeza que terminó por apagar algunas luces que tenía dentro. Me descoloca en todo momento. No me desagrada aceptarla, llegó a mi camino y supongo, que detalles más o detalles menos, también la elegí.
Ese algo que tenía antes, algo que era mío, algo que se había construído desde el origen, ahora está bien muerto. Así son. Pero estoy bien, estoy mejor.
jueves, febrero 16, 2017
Aún no lo entiendes
Cuando tenía 14 años, una amiga y yo nos fuimos saliendo de clases a un parque cerca de su casa. Ahí nos encontramos a dos vecinos suyos como de 12 años que nos platicaban algunas tonterías. Uno de ellos se quejaba de que tuvo una novia en el colegio que le rompió el corazón, que lo dejó por otro, y que además su padre lo obligaba a ir a lecciones de karate. Yo, que atravesaba una crisis familiar y me creía muy rebelde, le planté un beso en la boca para que se callara. Lo hice sin sentimiento, con destreza, sólo porque podía. Él no mostró resistencia: hasta cerró los ojos y se quedó con los labios levantados, queriendo que el beso continuara. Me preguntó si quería ser su novia. Tomé un autobús para irme a casa, huyendo de sus ojitos enamorados. Apática, le dije: “No entiendes nada”. A los días me envió una nota con mi amiga que decía: “Hola Lilian. Me gustó tu beso y tengo roto el 💔 otra vez por tu culpa. Pero quiero que me vuelvas a besar. Mi teléfono es ______ Soy Julio el amigo de Rita”.
Entonces le llamé para aclararle que no iba a suceder nada más, sin mentiras piadosas, directo todo. Me dijo “Bueno, gracias... bye bye" y ya nunca volví a saber nada de él.
Entonces le llamé para aclararle que no iba a suceder nada más, sin mentiras piadosas, directo todo. Me dijo “Bueno, gracias... bye bye" y ya nunca volví a saber nada de él.
He estado en su lugar dos o tres veces.
martes, noviembre 01, 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)