No tendría porqué sentir culpa de que toda yo esté cambiando. Pero duele.
Me pongo frente a un espejo y no reconozco quién es la persona del otro lado.
Trato de abrir la puerta del metro o las puertas automáticas del supermercado y nada.
No sé dónde quedé.
lunes, diciembre 09, 2013
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